Está pensado para darle vida y frescura instantánea al rostro. Su formato en barra lo hace muy práctico y fácil de usar: simplemente se aplica directo sobre la piel y se difumina en segundos con los dedos, con una esponja o con una brocha. La textura es cremosa y ligera, lo que permite que se funda con la piel sin dejar sensación pesada ni marcada. También es construible su acabado.

Lo que más se destaca es el acabado: aporta un color natural, ese efecto de mejillas sonrojadas. Es ideal para quienes buscan un rubor con efecto jugoso, fresco y luminoso, que no se vea seco.